«Las fotografías de la exposición fueron obtenidas en diciembre del año 2009.
Los días en París estaban lluviosos, por lo que el agua transformaba el piso de las plazas y avenidas en auténticos espejos, reflejando la ciudad entera, tanto de día como de noche. También los vidrios de los lujosos escaparates de la ciudad, reproducían con claridad el ambiente de su entorno.
Agua y y vidrio son los elementos que nos permiten ver y lograr imágenes de algunos de los edificios más emblemáticos del rico patrimonio histórico de París, convertidos en objetos y tejidos de una nueva y caleidoscópica realidad, estéticamente vibrante, que nos sorprenden coexistiendo con los escenarios cotidianos de la urbe.»
Texto de la tarjeta de la exposición realizada en 2010 con una selección de 6 edificios emblemáticos de París.
Me gustan especialmente la primera y la rosada del final porque al no ser completamente simétricas son más sugerentes. Por ejemplo, parece que tienen dos ojos y nariz. Si hubiese 4 ojos ya no se vería una cara. El efecto caleidoscopio es bonito, pero demasiada simetría y reducción del tamaño le quita dramatismo y lo acerca más a la pauta del papel de regalo.
Gracias Paula por tus comentarios sobre mi trabajo. Hoy mismo reflexioné sobre la poca originalidad en los estampados (incluso de los papeles de regalos) viendo en un escaparate de ropa los motivos y colores de los tejidos, que se repiten una y otra vez con el paso del tiempo. Creo que, en algunos casos, las imágenes de los edificios doblemente reflejados y ensamblados hasta el infinito, mantienen el carácter del la arquitectura que la genera, lo que me resulta de interés. Igualmente pienso que los universos creados con la repetición indefinida, son de gran belleza en algunos casos, lo que justifica en sí mismo el trabajo. También me interesa la rotura de la simetría y la pérdida del miedo a la repetición…al fin y al cabo, es lo mismo que hace la naturaleza: comienza con algunos átomos iguales que se ensamblan para formar una molécula y posteriormente para crear tejidos…la idea que tenía del infinito cambió tras esta exposición. Me alegro coincidir contigo en que la mejor fotografía de la colección es la última de la Torre Eiffel, donde la simetría se altera a la mitad… siempre la imagino en tres dimensiones.