1.- TREN INSULAR
El primer tren que se proyectó en Canarias en 1973 tenía patente española. Se construyó un tramo en la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria para realizar las pruebas necesarias, desmontándose a continuación sin conocer las razones. El aerotren o Tren Vertebrado como se le conocía popularmente, tenía por objeto comunicar la capital con la zona turística del sur de la isla y estaba soportado por innumerables columnas que lograron abrir el debate sobre los límites de la supuesta modernidad frente a la necesaria conservación de los paisajes y, en este caso, también del derecho de los ciudadanos a disfrutar de un horizonte despejado.
Cabe recordar, tal y como ocurre hoy, los ataque de algunos personajes públicos y medios de comunicación hacia aquellos que, con diversos argumentos, ponían en duda o directamente se oponían a tal locura ferroviaria. En Gran Canaria los defensores del «progreso» justificaban su instalación con delirantes afirmaciones como «entre columnas se puede seguir viendo el mar y los barcos», «las columnas son como pérgolas de un agradable paseo marítimo» o «será un extraordinario método de transporte, la solución para la isla», cuando aún no se había realizado la prueba demostrativa ni realizado los necesarios estudios de movilidad.
Por su parte, los opositores del tren al sur de la isla de Gran Canaria, por aquel entonces ya apuntaban en la dirección correcta, al situarse en la «perspectiva del futuro, donde el progreso esté en función del hombre y de la calidad de vida, en el que la técnica coadyuve a construir una sociedad más grata, menos deshumanizada», como se señalaba en la revista Canarias 80, casi 50 años atrás.
2.- TRANVÍAS Y LOCOMOTORAS
Los sistemas ferroviarios en Canarias existieron en las dos principales capitales durante el periodo 1890-1938, tanto con tranvías para el transporte urbano de pasajeros como con locomotoras y vagonetas, utilizadas en la construcción de los puertos principales de ambas islas. La aparición de las guaguas, la falta de inversiones y mantenimiento, los accidentes y el empuje de la industria del automóvil, forzaron su desaparición.
En la imagen, un empleado camina delante del tranvía para evitar accidentes con los peatones, en la Calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria de 1901. El desmantelamiento de los tranvías favorecieron la incorporación de las islas a la sociedad del automóvil.
Vistas de los primeros tranvías en ambas capitales canarias, hoy sustituidos por otros más rápidos, seguros y eficaces.
3.- MOVILIDAD DEL FUTURO
Durante la última década del pasado siglo, asociaciones ecologistas y otros sectores de la sociedad tinerfeña, protagonizaron múltiples actos de protesta para oponerse a la destrucción del territorio y el paisaje generados por las obras de infraestructuras en ejecución y previstos en los Convenios de Carreteras de Canarias. Al mismo tiempo, llamaban la atención sobre el previsible colapso circulatorio que adelantaban los diferentes estudios realizados hasta entonces, en caso de no frenar la creciente población de la isla y la demanda de vehículos.
El Colectivo La Guagua recopiló y difundió importante información sobre las nefastas consecuencias de mantener al vehículo privado como principal y casi único protagonista en la movilidad de la isla. Sus previsiones se han visto sobradamente cumplidas.
En conjunto, los colectivos ciudadanos y especialistas en la materia apuestan decididamente en Tenerife por la planificación e implantación definitiva de una eficiente red de transporte colectivo basada fundamentalmente en el uso de la guagua.
Sencillo, rápido y económico ejemplo para acabar con los atascos en la autopista del norte de Tenerife, simplemente acondicionando su eje central como carril exclusivo de guaguas de gran capacidad.
4.- DEBATES Y PROPUESTAS
Mientras los ex-presidentes del Cabildo de Tenerife, Adán Martín y Ricardo Melchior negaban categóricamente que la isla o el Área Metropolitana capitalina reunieran las condiciones mínimas para acoger un tranvía o un tren, diferentes colectivos y partidos políticos debatían sobre la conveniencia o no de disponer de sistemas guiados en la isla, así como con otras medidas y posibilidades de transporte que mejoren las condiciones actuales y futuras de la movilidad en Tenerife.
Algunos debates celebrados en la década de los 90. Propuesta de un tranvía por la autopista del norte hasta Los Realejos.
Propuesta realizada en el año 2000 de un tren insular que transcurre por el eje de las autopistas, uniendo las tres Áreas Metropolitanas de Tenerife sin necesidad de la nueva autopista del Anillo Insular por el oeste de la isla.
Para la correcta continuidad de una línea de tren norte-sur de la isla, resulta necesario resolver mediante un túnel la discontinuidad de las autopistas norte-sur, a la altura de la montaña de Taco.
Sección del paso del tren y tranvía por el Área Metropolitana Santa Cruz-La Laguna, usando el eje de las autopistas para contener además, una galería subterránea de servicios insulares de agua, energía y comunicaciones.
Finalmente, el Sr. Melchior asume las ideas de trenes y tranvías para Tenerife, pero no las propuestas referidas a las guaguas ni al necesario abandono de las nuevas obras de infraestructuras viarias previstas, lo que demostraba su exclusivo interés en la obra en sí misma, no en un intento de solucionar algún problema de tráfico y menos aún de movilidad de la isla.
Prueba de ello, es que los proyecto de trenes y tranvías se incorporaron a la fuerza en un planeamiento insular vigente que no los contemplaba y sin disponer de los imprescindibles estudios previos de movilidad, urbanismo e impacto medioambiental que las grandes obras proyectadas necesitan para garantizar un resultado satisfactorio en la resolución de un problema complejo, como es la movilidad sostenible de Tenerife.
5.- ALEGACIONES
Surgen los primeros proyectos y en 2001 se presenta en periodo de información pública, la primera alegación colectiva al anteproyecto de un ferrocarril interurbano entre Santa Cruz de Tenerife y Arona, y que estaba respaldada por los siguientes colectivos sociales:
- Federación Ecologista Ben-Magec-Ecologistas en Acción
- Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN)
- Tagoror Ecologista Alternativo (TEA)
- Colectivo La Guagua
- Plataforma Ciudadana del Sur de Tenerife
- Plataforma Ciudadana en Defensa del Malpaís de Güimar y el Camino del Socorro
- Plataforma Ciudadana en Defensa del Tren del Norte
- Plataforma de Defensa de la Montaña de Taco
- Asociación Popular de Defensa de El Rincón
- Asociación Canarias Verde
- Partido Los Verdes de Canarias
- Partido izquierda Unida Canaria
- Partido Iniciativa por La orotava
- Azarug
- Intersindical Canaria
Las alegaciones presentadas, se oponían al proyecto del tren del sur como fórmula adecuada de transporte insular, por no dar respuesta a las especiales condiciones de distribución poblacional dispersa que presenta la isla de Tenerife. Además, no se realizaron los obligatorios estudios de carácter urbanístico previamente a la elaboración de los proyectos, que justifiquen la necesidad de una infraestructura ferroviaria en la isla y la alta velocidad alcanzada prevista, que impide establecer paradas en los diferentes municipios de la isla y ofertar una alternativa real de transporte. La alegación intenta describir gráficamente los impactos ambientales producidos por el trazado propuesto en el anteproyecto del tren al sur y destaca los altísimos costes de su construcción.
IMPACTOS AL TERRITORIO, LOS PAISAJES Y LOS VALORES NATURALES
La construcción ha sido el sector privilegiado que ha dominado la economía canaria de los últimos 40 años, ya sea construyendo aceleradamente urbanizaciones para viviendas, hoteles y apartamentos, o mediante la realización de obras públicas de todo tipo.
Sin embargo, el principal problema que posee este importante sector económico, que tanto alardea como generadora de puestos de trabajo, es su total incapacidad para generar empleo estable, por lo que, una vez finalizada cualquier obra, se necesitan sucesivamente otras que mantengan los niveles de actividad y empleo.
Este círculo vicioso, suicida y desfasado ha degenerado en actitudes irresponsables, donde lo importante en la mayoría de los casos es la inversión en sí misma y no el problema que dicen que va a solucionar, máxime si los dineros proceden del exterior, ya sean del Estado o de la Comunidad Europea.
Las obras anunciadas recientemente para la isla de Tenerife, apuntan al mantenimiento de este macabro e interminable modelo económico, que necesita un incremento incesante del turismo y de la población residente, para que, a su vez, se genere e incremente la demanda de otros servicios, manteniendo ilimitadamente una economía dependiente e ilusoria de crecimiento.
Resulta muy difícil y complejo transformar tal modelo económico dominante, ya que genera enormes beneficios a la empresa privada e importantes ingresos por impuestos a las administraciones públicas.
Tan solo la organización y movilización ciudadana, puede hacer frente a los proyectos planteados por las instituciones. Con información, debate público y alternativas viables, se podrá lograr reconducir un camino, a todas luces inconveniente e inadecuado para nuestra realidad insular actual y futura.
Se puede concluir afirmando que la actitud de las diferentes administraciones públicas canarias con relación a la movilidad de la isla, se reduce a mantener indefinidamente contentos a los empresarios de la construcción, sean estos grandes o pequeños, mediante la constante inversión de grandes recursos públicos en excavación de suelo o montañas, transporte de tierras, trituración de rocas, obtención de áridos, fabricación de hormigón, construcción de escolleras, obtención de rellenos, etc…un modelo económico insaciable y caduco, incapaz de ofrecer alternativas de futuro o beneficio alguno para nuestra tierra.