Independientemente de cuestiones relacionadas con la energía que, en cualquier caso, no justifican la afección o destrucción territorial irreversible de espacios naturales protegidos, cabe destacar aquellos aspectos que nunca mencionan los defensores del megaproyecto hidroeléctrico pero que constituyen la esencia del rechazo social.
1.- Excavación de una gran caverna que generará un millón de metros cúbicos de roca cuyo destino se desconoce. En uno de los videos de la Plataforma “Salvar Chira-Soria” se menciona que la Catedral de Las Palmas cabría en el interior del inmenso espacio que se pretende socavar. Quizás el Cabildo esté pensando en un nuevo atractivo turístico para la isla como se pretendía con la obtención de un espacio interior en la Montaña de Tindaya, que por cierto, solo suponía la tercera parte del volumen que se pretende excavar en los barrancos del interior de Gran Canaria con el megaproyecto hidroeléctrico Chira-Soria.
2.- Para permitir el acceso de camiones y maquinaria necesaria para ejecutar la gran caverna y muchas otras obras de infraestructuras previstas (canalizaciones, túneles, torretas, fibra óptica, etc), será necesario construir 24 kilómetros de nuevas carreteras, de las cuales 17,5 km. transcurren por el cauce del Barranco de Arguineguín, y que posteriormente serán totalmente inútiles, salvo si se piensa en una gran afluencia de turistas que las transitarían para conocer el “referente internacional” en materia de energía, según las palabras del presidente del Cabildo de Gran Canaria. Posiblemente los turistas contemplarían un gran ejemplo internacional de cómo no se debe actuar en un medio natural, que además está protegido por sus incuestionables valores ecológicos y paisajísticos, y donde no se pueden aplicar argumentos como el mencionado por el presidente del Cabildo, que protege todo a un lado de una línea trazada sobre un plano o foto aérea, y admite cualquier cosa al otro lado de esa línea ficticia.
3.- La construcción de canalizaciones y maquinaria de bombeo para impulsar hasta 600 metros de altura el agua producida por la nueva desoladora a instalar en el litoral, exige que las retroexcavadoras empleadas pueda desarrollar su trabajo en condiciones de seguridad, para lo cual, resulta necesario transformar el suelo del entorno próximo a las obras de canalización y dotarla del acceso para camiones en todo su recorrido. Además, se prevé la construcción de largos túneles que atraviesan montañas con el mismo fin. En total, el proyecto prevé 30 kilómetros de canalizaciones. El nivel de destrucción y alteración del territorio afectado será brutal e irreversible.
4.- Decenas de torretas que no llegarán precisamente del cielo, sino mediante la apertura de pistas que conducen hasta la base de cada una de ellas, donde se construirán los cimientos de hormigón. Las altas estructuras, entre 30 y 70 metros, alcanzan en algunos casos la altura equivalente a un edificio de 26 plantas, que se incorporan e impactan en un paisaje natural virgen con sus tendidos eléctricos y su afección a la avifauna del lugar. De nada servirá que las torretas se pintes de azul, verde o marrón.
5.- La desaladora prevista en el proyecto promovido por el Cabildo Insular y el continuo bombeo del agua fabricada hasta las zonas altas de la isla, consumirá buena parte de la energía generada e impedirá de por vida la aparición de los beneficiosas praderas de sebadales en esa zona de la costa de Gran canaria.
VISTA DEL ENTRAMADO DE INFRAESTRUCTURAS EN UNA OROGRAFÍA ABRUPTA. SEGÚN EL CABILDO DE GRAN CANARIA, NO AFECTARÁN PARA NADA AL MEDIO AMBIENTE Y LOS PAISAJES DEL LUGAR, UNA ILUSIÓN IRRESPONSABLE.
Si lo que pretende el presidente del Cabildo es convertir la isla de Gran Canaria en un referente en el campo de la energía sostenible, le sugiero que defienda inversiones que construyan, no que destruyan, y que apueste decididamente por el ahorro y por aprovechar los casi 100 kilómetros cuadrados de superficie de cubiertas que tiene disponible actualmente esa isla para instalar placas solares que, como seguramente conoce, constituye la alternativa energética más lógica y adecuada a las condiciones que posee la isla. Tiene usted la oportunidad de generar gran número de nuevos empleos y lograr que la energía se distribuya y se acerque al consumidor, en lugar de mantener una producción centralizada que obliga a desperdiciarla en su transporte.
Con un modelo basado en el potente sol canario que atrae a millones de turistas cada año, se podrían cubrir suficientemente las necesidades energéticas de Gran Canaria y para lograr ese objetivo se dispone, además de los 450 millones previstos para el proyecto hidroeléctrico, de financiación casi ilimitada procedentes de la UE, de otros organismos públicos o privados, así como de los presupuestos propios. Una vez amortizadas las nuevas instalaciones solares, estaremos en condiciones de hablar de independencia energética, de descarbonización de la isla, de reducción efectiva de la factura de la luz e incluso de financiación de las entidades públicas.