Normalmente responsabilizamos a los dirigentes políticos de los desastres que se ocasionan al medio ambiente y los paisajes de la isla con las grandes obras de infraestructuras: obras hidráulicas, urbanizaciones, carreteras, autopistas, muros, escolleras, túneles, etc. Sin embargo, la mayoría de las veces, son los técnicos redactores de los proyectos de la obra pública, los verdaderos causantes de los destrozos, con diseños totalmente innecesarios o sobredimensionados, demostrando sobre todo, insensibilidad y falta de interés para que las obras causen el menor daño posible.
Obras actuales del Anillo Insular a su paso por Santiago del Teide, puro destrozo sin piedad y sin el mínimo respeto por los valores naturales, ambientales y paisajísticos del lugar. Solo movimiento de tierras y consumo de hormigón.
LA NUEVA AUTOPISTA ENTRE SAN JUAN DE LA RAMBLA E ICOD DE LOS VINOS
Tras la brutal degradación territorial, ambiental y paisajística de la zona afectada por las obras del Anillo Insular a su paso por el municipio de Santiago del Teide, viene otra obra viaria igualmente salvaje e impactante, como es el tramo de autopista entre San Juan de la Rambla e Icod de los Vinos. Otro ejemplo más de diseño desfasado, que no considera ninguna otra cuestión que no sea los trazados lineales para incrementar la velocidad y la generación de escombros, sin duda, motivo principal del negocio de la construcción de este tipo de obra pública. A mayor generación de roca, mayor es la necesidad de transporte y mayor el beneficio para la empresa propietaria de las máquina excavadoras o las perforadoras de túneles. De ahí la irresistible atracción que sienten algunos ingenieros de carreteras por las alternativas y características del trazado que supongan mayor volumen de excavación, ya sea con interminables túneles, triple ocupación de suelo con dos plataformas, deformación irreversible del suelo en las bocas de los túneles, trazados en trinchera, macrorotondas, etc.
Terrorífica visión de las 3 autopistas aéreas proyectadas en acantilado protegido, con enjambre de pilares de hasta 30 metros de altura, a la altura de Las Aguas.
Lo deseable por la ciudadanía, es que sus ingenieros diseñen viarios que no dañen los paisajes y el medioambiente, algo que la isla de Tenerife no soporta más. Se les debería exigir que apliquen fórmulas de mínima intervención sobre el territorio y máxima integración en el medio por donde transcurre, al tiempo que minimicen la ocupación de suelo, las afecciones a los vecinos y los costos de las obras. Todos deseamos la mejora de las comunicaciones de la isla, pero no a cualquier precio. Un túnel o un puente sobre un barranco, siempre serán admisibles si se demuestra que no existen otras alternativas de menor impacto sobre el paisaje y el medioambiente del lugar afectado. En este tramo de la TF 5, está claro que existen alternativas mucho menos impactantes que la propuesta por la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias.
Las 4 alternativas posibles, en rojo la carretera actual, en verde el trazado de autopista elegido por la Consejería de Obras Públicas. El ahorro de tiempo entre ambas es de tan solo 1 minuto, lo que no justifica el elevado costo económico y ambiental del proyecto.
El tramo de la TF 5, de 5,3 kilómetros de longitud, que se pretende realizar con un costo de 182 millones de euros, representaría el ahorro de tiempo de tan solo 1 minuto respecto del trazado actual, una vez completado el tercer carril a lo largo de su trazado de 5 kilómetros. Actualmente, esta vía posee el 40% de su trazado con 3 carriles de circulación. Desconozco si ha existido algún tipo de consulta, debate o proceso de participación ciudadana, donde se decidiera la alternativa más conveniente, de las 4 supuestamente estudiadas pero, por mi parte, no tengo dudas en que se debería profundizar en el estudio de la denominada Alternativa 0, que en el proyecto redactado, con casi 3.000 páginas de escritos y planos, solo le dedica una línea, que textualmente dice:
«La alternativa cero se descarta por no cumplir criterios técnicos y tender, con el paso del tiempo, a la colmatación de la carretera».
La obtención del tercer carril a la altura de Las Aguas, la zona más problemática, ya está previsto en el proyecto como carril para el desvío del tráfico.
¿Porqué a unos ingenieros de caminos no les cuesta tanto respetar la topografía y condiciones del territorio y sin embargo, otros parece que disfrutan desfigurándolo?