Como muchos ya imaginábamos, el Gobierno de Canarias ha considerado “inejecutable” la sentencia de la Audiencia Provincial emitida en 2016 para el caso de las canteras de áridos en el Valle de Güimar, que condenó a determinados empresarios como “autores criminales responsables de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente”.
Ahora, a cuatro meses para que prescriba la sentencia, se da a conocer el informe determinante que ha tardado en emitirse 56 meses de los 60 disponibles, y cuya principal conclusión es de sentido común, al ser inviable reparar un daño a costa de causar daños similares en otras partes de la isla.
Llama la atención en el citado informe la cifra de 8 millones de metros cúbicos necesarios para el relleno de la totalidad de las canteras, cuando hasta la fecha se citaba la cifra de 22 millones. Dando por válida la cuantía menor, estaríamos hablando, para hacernos una idea, de un volumen de tierra y roca equivalente al de un edificio de 40 plantas que ocupara totalmente la superficie del Parque García Sanabria.
Mientras tanto, los empresarios afectados, otros con ganas de invertir y algunas autoridades, se han dedicado a elaborar proyectos que no se ajustaban a los términos de la sentencia, que obliga a la restauración de la totalidad de los suelos afectados por las brutales excavaciones clandestinas y sin control llevadas a cabo durante más de 15 años.
Considero que en los cuatro meses que aún quedan para que prescriba la sentencia, se puede convocar un Concurso Internacional de Ideas para seleccionar y premiar aquella solución técnicamente viable que logre compatibilizar el cumplimiento de la sentencia de la Audiencia Provincial con el necesario relleno de los hoyos, todo ello con menor costo económico y ambiental. Estoy convencido que con los 238 millones de euros disponibles para restaurar los suelos dañados, se podrá financiar más de una solución para el problema de las canteras de áridos del Valle de Güimar que sin duda constituye el mayor atentado paisajístico de Canarias.
Como ejemplo de solución no estudiada ni valorada hasta la fecha y que permitirían la devolución del uso y las rasantes del suelo previas a las excavaciones, se encuentra la del relleno de los diferentes hoyos con arena transportada desde el cercano continente africano, tal y como se realizó a finales de los años 60 para construir la Playa de las Teresitas.
Los 8 millones de metros cúbicos de arena necesarios para el relleno de todos los hoyos serían transportados en barcos de gran capacidad que bombearían la arena mezclada con agua de mar desde la costa hasta las canteras, en un proceso que exigiría entorno a los 80 viajes y dos años para cumplir el objetivo.
Esquema básico de la propuesta de relleno de los hoyos con arena y disposición de red de tubos verticales empleados como depósitos de agua. 1. Huertas. 2. Tierra de cultivo. 3. Canalizaciones y depósitos verticales de agua. 4. Arena compactada. 5. Solera de nivelación y apoyo. 6. Terreno natural.
La propuesta contempla la colocación de tubos en posición vertical, apoyados sobre una solera de nivelación, que permitirían almacenar agua en cantidades considerables para ser utilizada con fines agrícolas o para consumo doméstico. Sobre el conjunto se dispone una capa de tierra y finalmente la recuperación del uso agrícola del suelo. A mayor cantidad de tubos verticales, mayor capacidad de almacenamiento de agua y menor cantidad necesaria de arena, de manera que por cada millón de metros cúbicos de arena ahorrada, obtenemos un millon de metros cúbicos de agua, lo que constituye una cantidad muy importante.