Recientemente la organización Greenpeace informaba ampliamente sobre las condiciones que rodean a algunas carnes que consumimos en Canarias y denunciaba las prácticas irregulares de empresas de producción ganadera de Brasil y Bolivia, tras estudiar el grave avance de la deforestación ilegal en el Amazonas. Al mismo tiempo, publicaba la relación de las 25 empresas canarias que importan y venden estas carnes que provocan tanto daño a la salud y el medio ambiente del planeta.
Ya es hora de comenzar a responsabilizarnos sobre los productos que consumimos si de verdad queremos contribuir con nuestro granito de arena a frenar el proceso de degradación que sufre nuestro planeta. Asumir responsabilidades supone un sacrificio de tiempo, ya que necesitamos estar informados para realizar nuestras compras. Es por ello que, entre otros hábitos, debemos acostumbrarnos a mirar las etiquetas de los alimentos o cualquier otro producto que consumamos, y saber detectar en ellas los aspectos que pudieran ser perjudiciales para nuestra salud o conocer las marcas que ejercen prácticas irregulares.
En el caso de las carnes de importación que producen empresas que realizan deforestaciones en espacios protegidos para obtener su producto, solo cabe el boicot de los consumidores. Es por ello que, cuando vamos al supermercado, deberemos llevar anotados los nombres de JBS, Marfrig y Minerva Foods, que son las empresas responsables de producir y comercializar la carne ilegal denunciada por Greenpeace, evitando comprar sus productos. La práctica totalidad de las empresas importadoras de estas carnes están radicadas en Canarias, siendo las más importantes Montesano Canarias SA y Carnicos Menceyes SL. La importación anual alcanza un promedio de 1.566 toneladas por un valor total de casi 8 millones de euros.
Si deseas profundizar en la información sobre productos de consumo de cualquier tipo, tienes a tu disposición una creciente multitud de organizaciones dedicadas a estudiar de manera integral los diferentes productos de consumo, informando sobre sus posibles inconvenientes y recomendando aquellos beneficiosos y libres de sospecha.
Entre otras muchas, resulta muy recomendable -especialmente por el lema que la define: “Consumir es un acto político”– el proyecto periodístico fundado en 2012 y conducido actualmente por 5 mujeres, que con el expresivo nombre de “CARRO DE COMBATE” está dedicado a la investigación del origen y condiciones que rodean a los alimentos que ingerimos cada día y, en general, de cualquier otro producto de consumo, denunciando las malas prácticas de las grandes multinacionales, condiciones de exclavitud de los trabajadores y otros aspectos perjudiciales para la salud, la dignidad de los animales y en medio ambiente. Sin duda, el consumo en el futuro debe ser crítico y consciente.